GOLIARDOS
- al3623840
- 25 nov 2021
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Alrededor del año 1200 en Europa apareció un nuevo perfil de hombre: pobre, culto y libertino. Quienes formaron parte de esta nueva categoría social fueron conocidos como los goliardos. En su mayoría pertenecían al clero y en algunos casos eran jóvenes estudiantes que asistían a clase en las primeras universidades europeas.
Se dedicaban a deambular por las ciudades y a frecuentar los lugares de entretenimiento. Llevaban una vida dedicada a los placeres mundanos y satirizaban a las autoridades religiosas y políticas de su época.
Eran aficionados a la literatura y por este motivo escribieron poesías de tono satírico para mofarse de las instituciones y del poder en general
La literatura goliardesca destaca por su tono humorístico y algunos estudiosos consideran que es un precedente de la novela picaresca y la poesía satírica española.
Con su actitud libertina y desenfadada expresaban un profundo malestar hacia el modelo social imperante. Entendían que la iglesia oficial se había desviado del auténtico espíritu del Evangelio y para mostrar su oposición los goliardos tenían la costumbre de interrumpir la misa y comenzar a cantar sus cánticos satíricos.
Paralelamente, mostraban sus simpatías por el vino, el amor carnal y el juego. Con este planteamiento vital no es extraño que los goliardos fueran duramente criticados por la iglesia oficial. En 1227 en el Concilio de Tréveris se tomó una decisión importante: los párrocos debían vigilar a estos clérigos y estudiantes díscolos. En otros concilios fueron criticados duramente y se dijo de ellos que eran vagos, blasfemos y pecadores.
Las últimas referencias a este colectivo datan del siglo XIII. Para algunos historiadores los goliardos cometieron un error que normalmente no se perdona: criticar al poder establecido.
Las estrictas y rígidas órdenes monásticas medievales no aceptaban su modelo de vida y el derecho canónico no podía tolerar las conductas de unos individuos amantes del placer.


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